ayer no fue un domingo normal, ayer no fue un domingo de quedarse en la cama hasta las mil, no fue un domingo de hacer pereza en casa entre las sábanas... ayer fue un domingo de madrugar, de levantarse al mismo tiempo que el sol y abrigarse bien para salir a la calle cámara en mano.
ayer, álvaro sanz nos empujó a todos a salir al amanecer para fotografiar algo que casi nunca hacemos: el despertar.
así que allí estaba yo, a las 8.00 de la mañana, con unas cuantas capas de ropa encima, paseando por el barrio y descubriéndolo todo a través del visor de la cámara.
y cuando haces eso, ves cosas que nunca antes habías visto (o por lo menos, no habías tenido tiempo de pararte a observar)...
puedes ver la carretera desierta...
puedes ver como se despereza la ciudad...
puedes ver las largas sombras que nos deja el amanecer...
y si miras hacia abajo, puedes ver la escarcha en todas las hojas y plantas que pises...
y si madrugas mucho, mucho... puede ser que tengas suerte y veas como "ponen las calles" ;-)
y cuando vuelvas a casa, puedes darte un buen homenaje para entrar en calor.
así que sí, ayer fue un domingo para sentirnos vivos. gracias álvaro por hacernos despertar.